viernes, 27 de agosto de 2010

Hasta luego

Que grata sorpresa ver a un amigo, uno de esos hermanos con los que compartís únicamente una porción de tu alma, emprende su camino de reconocimiento, elige experimentar los sin sabores de las distintas rutas que te plantea la vida.

Elige irse para volver en otro tiempo, de otra manera, ya un poco más viejos y con algunos de los problemas que hoy nos hacen sentir oprimidos ya formando parte de nuestra historia, de nuestro pasado.

Este momento ya lo veníamos gestando hace un tiempo muy largo y fue como esos duelos vividos antes de que pasen, donde no queda prácticamente dolor, sino por el contrario, entre los dos pudimos convertir eso en gratitud.

Bien sé que nunca es un adiós, siempre fue un hasta luego, y hoy mas que nunca así fue, unos mates, contarnos nuestras historias, reírnos de la gente que camina sin norte, y de los que nos marcan nuestro norte, contemplar la ciudad por ultima vez desde las alturas, un abrazo fuerte y ese nos vemos, hablamos en la semana, cada uno desde su vereda; gobernando vos tú este y yo mi oeste.

Y ahí, seguido a ese:

- Nos vemos en un par de años, así me contás como te fue con este rollo.

Seguido de un irónico:

- Dale guacho, nos vemos en Disney.......

Ya desde la lejanía un ultimo alzamiento y batido de manos, de esos que resumen toda una historia compartida que obviamente continúa, solo que separados con el único objetivo de volver para compartir lo vivido; debo confesar que mientras mi dispositivo soviético ganaba en velocidad una única lágrima se deslizo por mi rostro llegando al tapizado de cuero y al verla caer me arranco una sonrisa.

Eternamente gracias...